Uno de los momentos más difíciles de la vida es ver el fin de la misma. Reflexionar sobre la muerte seguro es una actividad regular y que practican muchos, a lo mejor, con la pretensión de entender un fenómeno inentendible, inconsolable y explicable solo por la irrefutable realidad de su existencia.
Dicen que las nubes negras hacen parte del paisaje, en muchas ocasiones son hermosas, por su imponencia y gran influencia en el sol de una mañana, jamas pasan desapersividas, siempre llaman la atención. Enterarse de la muerte de alguien es la sensación más petrificante que he conocido, cada muerte es un recordatorio sobre la fragilidad de la vida, pero también un llamado de atención sobre lo mucho que pierdes cada día y lo mucho que ganas al mismo tiempo, es una gran nube negra en un lindo paisaje.