Esta
mañana me levante como si nada hubiera pasado.. tarde, obvio, como
todos los días, pero el 31 de Mayo de 2012, sería un día en el que
mi hermosa ciudad haría gala de lo que mejor sabe hacer el caos
vehicular.
En
la mañana me puse un jean con unos rotillos adicionales y unos
tacones grandes... Mi mamá, como buena mamá cantaletuda, me grito:
- oigaaaa, es que no le pagan, quítese y bote esa porquería de
pantalón. A regañadientes hice caso. Uyy horas más tarde amé a mi
mamá con todas mis fuerzas.
En
una carrera maratónica contra el alimentador, logre encaramarme al
aparato, ya cuando cerraba sus puertas.. uff- pensé- este va a ser
un buen día. La llegada a la autopista norte por la calle 170 nos
recibió con un trancón monumental, los buses rojos detenidos y
caóticos en el portal, la gente en el puente estirando el pescuezo a
ver si veían algo diferente a los demás, y nosotros los del
alimentador que pasamos saliva al imaginar lo que nos esperaba.