10 de abril de 2013

Lágrimas, sudor y mar.

Siempre el agua salada es la solución para todas las cosas, las lágrimas, el sudor y el mar. 

No cabe duda medite después de unos minutos inertes que pasaron frente a mis ojos mi pasado y mi futuro. sin que pudiera mover si quiera un músculo de los resquicios del alma una nostalgia invadió los poros, el plasma y los tuétanos. 

Quise en ese mismo escapar de esa realidad mortal que se ponía frente a mis ojos, nuevamente volví a sentir tu ausencia, esa ausencia que me acompaño desde hace 10 años cuando vi tu cara tras el cristal del vidrio del carro. 

Porque lo primero que vi cuando encontré tu corazón, no fue el amor más puro, más grande y más resistente que jamás hubiera sentido, antes de todo ello lo que me invadió una tibieza incomoda porque tu ausencia marcaría mi vida, tu frialdad robaría mi optimismo y tu lejanía mantendría vivo el sentimiento de la misma manera que se mantienen los muertos cerebrales, conectados a las máquinas pero ya fuera de este mundo, de esta tierra, fuera de esta vida de dolores que se hace la mártir solo para fingir que nos ha enseñado algo.