Y bien, siempre hay primeros
nuevos pasos en la vida, y pienso que en una muy buena proporción la vida es
eso: una secuencia de partes y de pasos que se unen en un conglomerado
imperfecto. Es un espacio sin fin en donde colocas cosas y situaciones milimétricas,
es un punto en un universo, pero al mismo tiempo es como la primavera o el
otoño, es todo cuanto tenemos y se puede contar como amor, o paz, o
tranquilidad, incluso los momentos más tormentosos nos generan esa idea de constructores de vida.
En total la vida aunque molesta
cuando no lleva el antifaz es un regalo maravilloso, siendo apenas surtidores
de penas y alegrías somos artistas en eso que nos encomendaron en vivir.
Esos pasos entonces nos llevan a
pensar en la independencia como una opción, y es curioso pasar varios años convencidos
que la meta es comprar y vender y tener y convencernos de nuestra propia
autosuficiencia, pues bien siendo objetos milimétricos en el universo, yo con mi
complejidad, ni por gusto o disgusto, sino como siguiendo algunas ordenes que
me parecen lógicas termine viviendo esa incipiente idea de independencia.