20 de mayo de 2013

Todas las cosas son iguales, cuando el tiempo va en redondo

No puedo evitar una risita suspicaz que se escapa por el borde de los labios cuando es escucho personas, unos proletarios, otros burgueses, otros doctores y otros "donadies", que se regocijan en repetir teorías recicladas, para convencer a los demás que su punto de vista es el único  el certero, el univoco... sí, me dan mucha risas sus conclusiones apresuradas y su forma de hablar tan elocuente y segura.

Mientras me rió, siento a ese algo dentro de mi reír a carcajadas por ver mi desdén frente a la vida, a veces pienso que soy de esas personas  a las que no les importa nada, y no es una conclusión sencilla, porque uno siempre piensa que le importan cosas, que tiene sueños, que tiene metas, que tiene planes. Pero luego cuando las cosas no se van dando o simplemente cuando se dan y producen esa alegría tacaña que se va tan rápidamente, todo vuelve al mismo punto. En ese momento pienso que nada importa tanto.